En su taller en Haría, Lanzarote.
Aquilino es heredero de una técnica cerámica milenaria. (Siglo X antes de nuestra era)
Los barros y arenas volcánicas de Lanzarote, son mezclados y domesticados para modelar con las manos (sin torno) y herramientas primitivas. En un laborioso proceso, se levantan, recortan, raspan, lisan y pulen las piezas y una vez secas se guisan (cuecen o hornean) durante dos o tres días, con fuego de madera dando como resultado final obras exclusivas de incalculable valor arqueológico.